viernes, 25 de enero de 2013

IDEA 10: Un Sabio Chino crea una guía para la Conducta Personal

Confucio; sus ideas se esparcieron ampliamente

 por el este de Asia

"Olvida las heridas; pero nunca olvides la bondad." "El hombre superior busca en sí mismo todo lo que quiere; el hombre inferior lo busca en los demás" "No tengas amigos que no sean igual a ti mismo"...así habló el filósofo Chino K'ung-Tze (551-478 a.C.), mejor conocido en el mundo occidental por su nombre latinizado, Confucio. Por un tiempo, fue un consejero de uno de los Jefes más guerreros de sus días, antes de retirarse para convertirse en el amo de un ciclo de estudiantes. Adoptando en común acuerdo, sus enseñanzas forman un complejo sistema de ideas de tipo social, políticas, morales y religiosas, que ofrecen desde hace milenios una guía tanto para la conducta individual y la organización de la sociedad en China y en toda Asia oriental. Al igual que Cristo y Sócrates, Confucio no dejó tras de sí escritos hechos por él, sabiendo acerca de sus enseñanzas a través de los archivos de sus discípulos. Los más importantes están recogidos en las Analectas, un libro de sus máximas, intercaladas con anécdotas y fragmentos de conversaciones.
Confucio creía que todas las personas viven dentro de los límites establecidos por el Cielo, que para él significaba tanto un ser supremo como los ciclos de la naturaleza. Todo lo mismo, ellos son responsables de los actos y la forma en que tratamos a los demás, y el cielo depende de las personas para llevar a cabo sus buenas intenciones. Sus reglas para una vida virtuosa eran simples: amar a otros, honrar a los padres de uno, hacer las cosas porque son lo correcto y no meramente por ganar alguna ventaja. Él puso un fuerte énfasis en rituales y en poner un buen ejemplo como medio para asegurar el esparcimiento de la rectitud.
Más de un siglo después de la muerte de Confucio, sus ideas fueron desarrolladas más allá por el filósofo Mencio, y en el siglo II a.C., fueron adoptadas en esa versión sistematizada como la doctrina oficial de la dinastía Han, marcando el comienzo de la institucionalización de China como "Estado de Religión" o estado confuciano. Algunos siglos después, la dinastía Tang hizo del Confucionismo la base de los famosos exámenes imperiales, que produjeron la clase de magistrados, llamados Mandarines, quienes serían los administradores del Imperio Chino. Por siglos, ellos practicarían un poder extraordinario a lo largo de China, ejercido en conformidad con los preceptos del Maestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario