jueves, 31 de enero de 2013

IDEA 11: Los estoicos instan a una vida de paciencia "Estoica"

"vivir y obrar conforme a la razón y la naturaleza"

PRINCIPAL SEGUIDOR. En el II siglo a.C., El
emperador romano, Marco Aurelio, autor de
Meditaciones, un clásico Estoico.
En más o menos los mismos años que el confort de la búsqueda del Epicureísmo florecía por primera vez, en el siglo IV a.C., surgió en Atenas una escuela de filosofía que predicó una visión muy diferente de la vida. Zenón y sus seguidores, los primeros estoicos, creían que Dios impregnaba el universo y que también era la razón absoluta. Esto los llevo a concluir que el universo estaba gobernado por leyes de causa y efecto, lo que implicaba la inexistencia de un verdadero libre albedrío. Es así, que la más alta sabiduría, o virtud, como ellos la llamaban, era reconocer su necesidad y no resistírsele, en "vivir en acuerdo con la naturaleza". En esa búsqueda, las pasiones y apetitos eran cosas peligrosas, ya que interferían con los dictados de la razón. Los Estoicos también aconsejaron indiferencia a realidades exteriores, al dolor y al placer, a la riqueza y a la pobreza. Solo la virtud importaba.
A pesar de que de Sócrates no fue un Estoico en sí mismo (falleció antes de que Zenón comenzara a enseñar), los Estoicos lo veneraban por la serenidad con la que aceptó la decisión de los ancianos Atenienses al darle muerte y por la tranquilidad con la que llevó la sentencia a sí mismo. El estadista y filósofo Estoico, Séneca, tendría la oportunidad de imitar a Sócrates en el 65 d.C., cuando fue acusado, quizás falsamente, de tomar parte de la conspiración para matar al emperador Nerón, su antiguo pupilo. Habiéndole ordenado cometer suicidio, él corto sus muñecas y piernas; entonces lentamente sangró, mientras calmadamente emitía sus últimas palabras a sus discípulos. Fue un final bastante estoico.

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